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Escogen a un dominicano como juez de la Corte Internacional de La Haya

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SANTO DOMINGO.- El abogado, diplomático y juez de carrera Ramón Horacio González Pérez fue designado juez de la Corte Penal Internacional de La Haya, que tiene su sede en Países Bajos (Holanda).
Su designación se produjo luego de que fuera nominado por el Consejo del Poder Judicial y el Gobierno de la República Dominicana.
La Corte de la Haya es un tribunal internacional de carácter permanente encargado de juzgar a los responsables de crímenes contra la humanidad, de genocidio y de crímenes de guerra.

Tras ser escogido, González Pérez emitió el siguiente mensaje:
“Deseo compartir con ustedes la satisfacción del deber cumplido, a carta cabal, durante casi medio siglo de ejercicio profesional, y participarles, que el Consejo del Poder Judicial y el Gobierno de la República Dominicana me nominaron y mi candidatura fue aceptada para juez de la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, Países Bajos (Holanda).
Para seleccionarme a ese importantísimo Tribunal de Justicia se tuvo muy en cuenta los requisitos exigidos por la Asamblea de Estados Miembros (AEM), de la Convención de Roma de 1998, que creó la referida Corte Internacional, para juzgar los crímenes de guerra, genocidio, lesa humanidad y de agresión.
Los requisitos exigidos, taxativamente, para ser juez de esa Corte Internacional son: que el Candidato sea un juez imparcial, totalmente independiente, con la más elevada moralidad, altamente capacitado para “poder así llevar justicia a las víctimas de los crímenes más terribles”.
Esos requerimientos de la Asamblea de los Estados Miembros fueron reconocidos en mi persona y demostrados por mí durante mi ejercicio como diplomático, abogado y juez de carrera de la República, lo que me llena de mucho orgullo y satisfacción.
La elección de los jueces de la Corte Penal Internacional es de 9 años. Tendrá lugar en la Asamblea de las Naciones Unidas, en Nueva York, del 07 al 17 de diciembre del 2020.
Ruego a mi Dios Todopoderoso, Gran Arquitecto del Universo, que me mantenga fiel a los principios y valores que me inculcaron mis progenitores, a ser un hombre libre y de buenas costumbres, a practicar la igualdad entre hombres y mujeres, sin distinción de raza, credo, posición social o color de la piel y a fomentar la fraternidad entre todos los seres humanos, todo ello para bien general de la humanidad y a hacer justicia aunque se desplome el firmamento”.

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