Viena, .- El 80 % de las víctimas de trata de personas en América Central y el Caribe son femeninas y, de ellas, más de la mitad del total son niñas, según un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD).
De acuerdo con el Informe Global sobre Trata de Personas 2018, difundido hoy en Viena, las niñas representan el 55 % de las víctimas documentadas y las mujeres adultas el 25 %, mientras que los casos masculinos se dividen en un 9 % de hombres y un 11 % de niños.
El estudio de la ONU, con datos de 2016, destaca que el porcentaje total de menores víctimas de trata en América Central y el Caribe supone el 66 % del total, una cifra que está entre las más altas del mundo.
La inmensa mayoría de las víctimas documentadas (87 %) fueron explotadas sexualmente, mientras que el trabajo forzado representó el 5 % de los casos. En esta región se registró también un gran número de mujeres procesadas y condenadas por este delito.
Así, en 2016, el 36 % de los procesados y el 58 % de los condenados fueron mujeres, una tasa por encima de la media mundial, en el que la inmensa mayoría de los autores de este delito son hombres.
América Central y el Caribe también destacan por una elevada tasa de detección de casos de trata, así como de condenas, lo que indica una mejora en las capacidades nacionales para luchar contra este delito, señala la ONU.
Esta región es la primera en la detección de víctimas, con 1,6 por cada 100.000 habitantes, mientras que en el número de condenas se encuentra solo por detrás de Europa.
De Centroamérica procede también una importante parte de las víctimas detectadas en América del Norte (8 %). El documento analiza unos 24.000 casos documentados en 2016 en 142 países y, a nivel global, la explotación sexual (59 %) sigue siendo el delito más frecuente de esta “esclavitud del siglo XXI”, seguido por el trabajo forzado (34 por ciento).
Si bien la forma más conocida de trata es la explotación sexual, otras víctimas trabajan en condiciones de esclavitud en tareas domésticas o en sectores como la minería y la pesca o, incluso, son utilizadas para la mendicidad infantil o la extracción de órganos.
La trata consiste en trasladar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente. EFE